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14 Después de que ellos habían estado allí varios días, Festo le contó al rey el caso de Pablo:

—Aquí hay un hombre que Félix dejó como prisionero. 15 Cuando yo estaba en Jerusalén, los jefes de los sacerdotes y los ancianos líderes de los judíos, presentaron su caso en contra de él, y me pidieron que ordenara su muerte. 16 Yo les respondí que cuando alguien es acusado de algún delito, los romanos no lo entregan a otra gente para que lo juzgue. Primero, el hombre debe enfrentar a los que lo están acusando y se le debe permitir que se defienda de los cargos que tienen en su contra.

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